Lesley tenía menos de un año cuando llegó a Madrid, hace ya cinco años, desde República Dominicana, para operarse de su cardiopatía congénita compleja.
Se nos caen las lágrimas cuando les vemos crecer tan felices y sanos.
Y nos sentimos tremendamente orgullosos, para qué negarlo.
Y nos anima a seguir trabajando por ellos, aunque cada vez sea más complicado todo.
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