Y si me pongo frente a la TV, tres cuartos de lo mismo, y aun peor que con el periódico, algunas veces pienso que el mundo está lleno de caraduras, o que piensan que somos tontos.
En algún momento, me he encontrado con "personas" a las que he explicado lo que hacemos en Infancia Solidaria, y cuando hablo del desinterés personal, la solidaridad, y la ayuda al que lo necesita, he visto caras similares a la de la vaca cuando pasa el tren. En otras ocasiones he visto caras de alegría y admiración.
Uno de los grandes retos en la solidaridad es el de las familias de acogida o acogedoras. Sin ellas no sería posible llevar a cabo la labor de Infancia Solidaria.
Por eso, podríamos dividir a las personas en dos grandes grupos, los solidarios, y los indiferentes. A mi, desde luego me encantan los primeros, ¿y a ti?
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