Parece que fue ayer cuando comenzamos esta preciosa aventura que es Infancia Solidaria, y el 30 de Septiembre de 2011, han llegado a España dos nuevos amigos que hacen los números 100 y 101 de los niños que hemos ayudado a recuperarse de sus dolencias y a recuperar su salud, su futuro y su vida.
Es cierto, 100 es sólo un número, un fotograma de la película que comenzamos a vivir hace 5 años. Pero a veces es bueno detenerse un poco en el camino y echar la vista atrás.
Sobre todo para agradecer a todos los que te han acompañado.
En mi caso a mucha gente buena que ha sido un privilegio conocer:
-A los voluntarios, sin duda, que han regalado generosamente su tiempo libre, su trabajo y su ilusión, ayudando a estos niños que tanto lo necesitaban. Muchos han comentado que en el trabajo de voluntariado se recibe mucho más de lo que se da. Yo estoy completamente de acuerdo. Gracias a todos y cada uno de ellos, de todo corazón.
-A todas las familias de acogida que en un acto humanitario digno de toda admiración, han abierto las puertas de su hogar a personas ajenas y totalmente desconocidas. De otros países, hablando otras lenguas, con otras culturas...desinteresadamente, por la simple satisfacción personal de ayudar a un niño a ponerse bueno. Impresionante. Nunca lo hubiese imaginado cuando comenzó IS su andadura.
-Al personal sanitario, tan profesionales como profundamente humanos. Otro pilar básico de esta cadena solidaria de gente buena que disfruta, se enriquece y se siente gratificada ayudando a estos niños.
-A nuestros socios niños, donantes y colaboradores, sin los que tampoco hubiese sido posible conseguir todo lo que hemos ido haciendo poco a poco.
-A las Consejerías de Sanidad y hospitales privados que aceptaron sufragar el coste hospitalario de estas operaciones. Nuestro más sincero agradecimiento.
Es un gran momento para esta pequeña ONG. Me siento orgulloso, satisfecho y enormemente enriquecido con todas las experiencias vividas en este tiempo. No sólo por los niños curados, sino por las personas encontradas en el camino, todos los que de una forma u otra habéis conseguido que esto sea una realidad. Me emociona recordaros sufriendo en los momentos más duros, y siendo felices cuando los niños se recuperaban. Ha sido entrañable y conmovedor recorrer estos años a vuestro lado, y no tengo palabras sino de agradecimiento para cada uno de vosotros, queridos amigos.
Abajo un documento con la historia de nuestros peques. Algunos nos dejaron, y siempre les recordaremos con todo nuestro cariño.
En el mismo documento los más de 20 niños con los que estamos trabajando en este momento para poder abrirles las puertas de la sala de espera.
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