10/7/11

La despedida de Evan

Otro niño vuelve a su país después de haber sido tratado de una dolencia que le impedía llevar una vida digna. Se llama Evan, es de Camerún y ha estado apadrinado por la Cooperativa de Interés Social Proaños, que nos pasa la siguiente nota:

Les queremos compartir dos detalles, que nos dejaron Evan y su bisabuela Véronique en su paso por Sevilla. A todos los que pudieron tener la alegría de conocerles pueden dar fe de esta riqueza enorme que traen las personas que llegan a nuestra casa.

Queremos dar gracias a todos aquellos que han colaborado de una manera u otra. Esto demuestra que la solidaridad no se queda en la foto, sino que nos cuestiona porqué el mundo está  de esta manera. Unos con mucho y otros sin apenas lo necesario para vivir.

Otro gesto muy impórtate fue la despedida con entrega de regalos incluida, y algunos discursos de la asociación de africanos que la parroquia de la Blanca Paloma del barrio de los Pajaritos. Fue como el broche de oro de una estancia por motivos humanitarios. Pudimos entender que hace falta vincularnos con nuestros paisanos residentes en Sevilla. Ellos quizás más que nadie pueden entender mejor el sufrimiento de tener que dejar su país.

No podemos dejar de mencionar el trato exquisito de todos y cada uno de los profesionales de la Clínica del Sagrado Corazón. Gracias por ese gesto de Solidaridad.

También damos las gracias a los integrantes de la ONG Infancia Solidaria, por confiarnos este niño a nosotros.

Esta semana llegara una niña de Guinea Bissau muy grave del corazón. Creo que con la ayuda de todos podemos hacer que esta nueva familia se sienta también feliz de pasar por Sevilla.


Por su parte Mercedes Mena, a la que adoramos, nos da los siguientes detalles de la partida:

Esta mañana me llamó María del Carmen para describirme la despedida de Evan y de Véronique.

Les acompañaron al aeropuerto varios amigos (traductores), y se ocuparon de todos los trámites para el embarque, hablaron con la azafata, y consiguieron que le dieran 4 asientos a Véronique para que estuviera más cómoda con el niño (que pesa 18 kilos), debido que cuando vino de Camerún las azafatas no fueron muy amables y ella tuvo que cargar con Evan todo el viaje, (incluso para ir a los servicios...) menos mal que para trasladarse en los aeropuertos llevaba el cochecito/sillita.

María del Carmen se quedó muy triste, porque le ha tomado mucho cariño al niño y él con ella se entendía muy bien en español: es que los niños sólo entienden de ternura y cariño, y Evan era un bombón...de chocolate, de verdad. Lo ha espabilado un montón...

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